viernes, 23 de julio de 2010

Prologo: Inizio


Inizio

Faltaban unos minutos para que las agujas del reloj de la torre del campanario, marcasen la medianoche, mientras tanto esos instantes en una casa a las afueras se estaba produciendo un terrible y atroz crimen, unos hombres que iban vestidos implacablemente de negro entraron dentro de una propiedad, donde vivía una mujer joven, como mucho tenía los treinta años, un niño de unos cinco años aproximadamente, y un una niña recién nacida..


Los hombres en el mismo momento que entraron a la casa, sacaron sus armas y apuntaron a la mujer, la cual del susto se le cayó el plato que tenia a las manos, haciendo que ese ultimo al caerse al suelo, se rompiera en muchos fragmentos, al mismo tiempo que el ruido, despertó al bebe.


- Coged al bebe. – Ordeno el hombre que estaba al mando.


Y dos de los hombres que estaban apuntando a la mujer, bajaron sus respectivas armas para ir a coger el bebe, pero la madre en ver que querían robarle su hija, se dirijo hacía los dos sicarios, no obstante antes de que pudiera alcanzarles, el hombre que estaba en cabeza le disparo en la rodilla, haciendo que la mujer se cayera al suelo, retorciéndose de dolor, mientras que el suelo se iba tiñéndose de escarlata, a causa de la sangre.


.- Tu ya no te iras mas lejos.Dijo el mismo hombre.


Unos segundos mas tarde, los dos sicarios volvieron con un pequeño bebe entre los brazos de uno de ellos, y el que llevaba el bebe se acerco al hombre que disparo para entregárselo, en cuando ese tubo la niño entre sus brazos la acarició y miro fijamente la madre, la cual estaba sufriendo, pero aparte en sus ojos se observaba la rabia que sentía en ese momento.


- Matadla.Ordeno.


En respuesta los demás sicarios dispararon hacía la mujer, que grito y lloro por todo el dolor que le causaban, pero mas le dolía que le separasen de su hija, y en cuando se cansaron de dispararle, el hombre que llevaba la niña dijo que era momento de irse, así que se disponían a salir, cuando de repente el hombre le entrego el bebe a otro, ya que él quería regresar para asegurarse que la mujer estaba viva…

En cuando llego a la salita vio como la mujer que aún seguía con vida se estaba arrastrando hasta la mesa y entre jadeos adoloridos, ella articulo la palabra:


- H…u…y…e…


El hombre le disparo en la cabeza, la remato dándole el descanso eterno, pero en ese momento se dio cuenta de que había alguien mas, así que se arrodillo al suelo y miro debajo de la mesa, para ver a un niño de unos cinco años que estaba aterrorizado, su cuerpo no paraba de temblar, y el hombre aprovecho para apuntarle en la cabeza, pero no disparo, se levanto y se guardo el arma, pero en cuando se giro, se dio cuenta que el detrás suyo estaba uno de los sicarios con la niña, la cual seguía llorando…


- Nos vamos, aquí ya no queda nada que hacer. – Ordeno el hombre.


Y los dos hombres salieron de la casa cerrando la puerta como si nada hubiera pasado...

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“Ti- Ti- Ti” La melodía interminable del teléfono en modo de alarma por la mañana, era inaguantable, hacía que hasta la persona mas marmota del mundo, se levantara, y ese era el caso de Alicia, una joven e prometedora Inspectora de Policía, que después de quedarse hasta las tantas de la noche, leyendo los archivos de un caso que tenía relación con el caso que actualmente ella investigaba, ahora le costaba levantarse y el despertador continuó sonando, hasta que finalmente ella saco un brazo hacía fuera de la cama y a ciegas busco su telefono en la mesa de noche.


En cuando pulso la tecla de anulación ella retiro la sabana hacía un lado y se levanto, primero puso el pie derecho al suelo, ya que Alicia era una chica muy supersticiosa de pequeña, y después puso el izquierdo, una vez los dos pies estaban al suelo, ella hizo un pequeño esfuerzo para levantarse.


Dejo ir un pequeño bostezo perezoso, estaba durmiendo demasiado a gusto y le daba algo de pereza el hecho de levantarse e ir a trabajar, pero no tenía alternativa así que se mentalizo, haciéndose la idea de que tenia que ducharse, vestirse e ir a trabajar, así que primero se acerco a la mesa de noche y abrió uno de los cajones, de donde cogió la ropa interior, y se fui hacía al baño.


Dentro se estuvo como media hora, mientras se tomaba una buena ducha, ya que mientras se estaba duchando, ella se quedo pensativa en ese extraño sueño que había tenido, no era la primera vez que lo tenía, de hecho lo había tenido varios días, contando el de la pasada noche, ella calculaba que desde hace una semana cada noche soñaba con lo mismo, sin duda eso quería decir algo, ¿pero el que?, no entendía nada, y la verdad tampoco sabía como empezar a buscar un significado.


Pensar en eso en ese momento no tenía salida, así que lo dejo de lado, en terminar de ducharse, se salio de la ducha abriendo la mampara y cogió una toalla para secarse el pelo y otra para el cuerpo, y en cuando termino cogió la ropa interior y se la coloco, después de eso salió del baño y se fue de nuevo a su habitación, donde abrió el armario, en el interior tenía muchos tipos de vestidos, algunos de formales, otros no tantos, pero para ir al trabajo tenía que ir elegante, así que cogió un conjunto negro y una camisa blanca.


Cuando ya estaba vestida del todo, se sentó a la cama para ponerse los zapatos y después se levanto para ir una ultima vez al baño, donde se maquillo y se pinto los labios, aunque algunos pensaban que por su carácter tipo ogro en el trabajo, ella en realidad era una chica muy sencilla y bastante coqueta, le gustaba maquillarse para sentirse mas guapa, aunque de por sí ella, ya era bellísima.


Alicia era una chica que recién tenía cumplidos los veinte y ocho años, era una mujer alta, mas o menos medía un 1, 75 m de altura, su complexión corporal mas bien era normal, ni muy gorda, pero tampoco delgada, su cuerpo estaba bien proporcionado, y eso la hacía una mujer deseable, sensual.


Si su cuerpo era casi perfecto, su rostro seguía la misma estela, su pelo era de color castaño claro, lo llevaba mas o menos largo hasta el cuello, por otra parte sus ojos eran pequeños y de color verde esmeralda, parecían dos pequeñas joyas, y sus ojos era la parte de su cuerpo que mas le gustaba a ella, eran unos ojos seductores, irresistibles, y las demás partes de su rostro eran pequeñas, pero lograban una perfecta sincronía.


Y finalmente otros detalles sobre ella, habría que decir que llevaba las uñas perfectamente cortadas, en su mano derecha, justamente en su dedo anular, llevaba un anillo plateado, un recuerdo de su madre que murió hace unos años, ya que ella había estado muy unida a ella, y en cada oído llevaba dos pequeños pendientes plateados que hacían juego con el anillo.


Una vez termino de arreglarse se acerco hasta la mesa de noche para coger el teléfono móvil y se lo guardo en uno de los bolsillos, en ese momento ya estaba preparada para irse al trabajo, así que camino hasta el recibidor, donde cogió las llaves del coche y el piso, y salio cerrando la puerta.

Mientras caminaba por el rellano del tercer piso donde ella vivía, escuchaba como música de fondo una bella melodía, que a la vez era lenta, y que ella fácilmente identifico como la melodía que sonaba en las películas de “El Padrino”.


Y ella tarareaba dicha melodía a cada paso que ella daba, al mismo tiempo que sacaba el teléfono y miraba la hora que era, en su móvil indicaba que eran casi las ocho de la mañana y eso quería decir que tenía que darse prisa ya que llevaba un buen retraso…, ese era el pan de cada día, desde hace una semana cuando el nuevo inquilino se instalo y cada día a esa hora pone la música al máximo volumen.


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